Keiji tiene la habilidad especial de ver los hilos rojos del destino… hilos que se conectan cuando dos personas están destinadas a pasar el resto de sus vidas juntas. Un día, se mira la mano y ve que su hilo por fin ha conectado con alguien. Pero cuando Keiji encuentra a la persona en el otro extremo, se da cuenta de que es… ¡¡¡un chico!!!