Para el profesor de Derecho Lufria, su imagen lo es todo. Tiene fama de ser el profesor más duro y estricto, con una política de tolerancia cero con los retrasos y los infractores de las normas. Pero incluso el más intimidante de los lobos puede llegar a desear lo imposible. Lufria disfruta profundamente observando el acto de comer, aunque nunca lo haría evidente. Tras un impactante asalto en el que uno de sus alumnos le muerde, su verdadero deseo sale a la superficie: Lufria no quiere otra cosa que ser devorado. ¿Conseguirá este lobo satisfacer sus necesidades más oscuras… o se quedará para siempre con las ganas?